martes, 24 de abril de 2007

Blanco:

Absoluto y no teniendo otras variaciones que las que van de la matidez al brillo, significa ora la ausencia, ora la suma de los colores. Se coloca asi ora al principio ora al final de la vida diurna y del mundo manifestado, lo que le confiere un valor ideal, asintótico. Pero la conclusión de la vida - el momento de la muerte- es también un momento transitorio en la charnela de lo visible y lo invisible, y por ende otro comienzo. El blanco es en ambos casos un valor límite, lo mismo que estas dos extremidades de la línea indefinida del horizonte. Es el color del pasaje -considerado éste en el sentido ritual- por el cual se operan las mutaciones del ser, según el esquema clásico de toda iniciación:muerte y renacimiento.
El blanco actúa sobre nuestra alma como el silencio absoluto... Este silencio no está muerto, rebosa de posibilidades vivas.

No hay comentarios: